Termites
Las termites pertenecen al Orden de los Isópteros, que quiere decir que tienen dos pares de alas iguales, hecho que, obviamente, solo sucede en una parte muy reducida de sus miembros, ya que la mayoría son ápteros. Las termites de nuestra fauna pueden encuadrarse en dos grandes grupos: Las subterráneas, que se caracterizan por construir los nidos bajo tierra, y las de la madera seca, que los hacen generalmente en árboles, trozos de madera o en partes de madera obrada, pero sin tener contacto con el suelo.
Si alguien se pregunta ¿qué es un termite?, La respuesta, a grandes rasgos, sería: un insecto con tres pares de patas y el cuerpo constituido por tres partes bien diferenciadas: cabeza, tórax y abdomen. Cuando se rompe un trozo de madera invadida por termites se pueden observar unos insectos muy movedizos de color blanco, parecidos a las hormigas que, por su color, se denominan a veces “hormigas blancas”. Este nombre no es correcto, ya que los dos grupos de insectos están muy alejados filogenéticamente. Ambos órdenes pueden diferenciarse fácilmente.
Las termites se alimentan de celulosa (maderas, materia vegetal, papel, ropa, etc.) pero no tienen los enzimas necesarios para su digestión. Por esta razón tienen en el intestino posterior, una serie de protozoos flagelados y bacterias que son los que facilitan los enzimas para digerir la celulosa. Sin estos simbiontes, las termites mueren por inanición.
En Uruguay la más reconocida es la Reticulitermes Lucifugus Rossi, estas colonias están compuestas por tres grupos de individuos: la pareja Real (individuos sexuados funcionales encargados de procrear, son micrómetros y adquieren alas con anterioridad a su época de vuelo), los Obreros y el grupo de Soldados (encargados de mantener y proteger la colonia siendo estos dos grupos los de mayor número). Consiguen el alimento mediante el proceso de endosimbiosis con la ayuda de protozoos de su estómago y ciertas bacterias y hongos intestinales, en primer lugar desmenuzando la madera y posteriormente disociándola, logrando su alimento necesario. El aspecto de la madera después de atacada es lo que se llama “ hojas de libro”, producida por la termita debido a que abre unas galerías paralelas a la dirección de las fibras de la madera, separadas entre sí por “ hojas” finas de madera sana. También se pueden apreciar en muchos casos los “ nidos de resistencia” fabricadas por la termite en épocas desfavorables con detritus o barro en forma de ramificaciones, visiblemente en paredes de material.
Daños / Detección
Las características de los materiales que constituyen el alimento de las termites, unido a su extraordinaria capacidad de reproducción y de supervivencia, hacen a estos insectos nocivos para el hábitat humano y, de forma especial, para algunos de los elementos que constituyen su Patrimonio histórico artístico, como son cuadros, bibliotecas, etc. Los daños, por tanto, afectan no solamente al continente de los edificios, es decir a los edificios en sí, sino también en ocasiones, a su contenido.
Es difícil, en principio, ver si un edificio esta “afectado” por las termites. Muchas veces cuando se comprueba la invasión ya es demasiado tarde, y los daños son irreparables. Por esta razón, cuando hay indicios de la existencia de termites, es necesario inspeccionar los edificios, principalmente los sótanos, los pisos bajos y los rincones. Es también conveniente mirar detrás de los muebles, sobre todo si hay humedad, y prestar atención especial a la madera, ya que las termites pueden “atacarla” formando galerías sin salir al exterior, dejando intacta una ligera capa externa, a veces solamente la pintura. En este caso, cuando se inspecciona la vivienda, se ha de golpear la madera y si suena como hueco, se agujerea con una pequeña barrena para cerciorarse. Si sale una especie de serrín, significa que hay termites, ya que éstas tapan las galerías que hacen con excrementos y restos de la madera amasados con saliva. La madera atacada por las termites tiene el aspecto de un peine por las galerías más o menos paralelas que hacen aprovechando las partes más blandas de la misma. A veces hacen unos pequeños orificios, de 1 a 2 mm, para airear el termitero. De estos agujeros cuelgan unos cordones hechos con la misma sustancia utilizada para tapar las galerías, cuya finalidad es permanecer a oscuras. Son estalactitas, (ver fotos) que, en ocasiones, también salen de tierra, por ejemplo, del parquet, denominándose entonces estalagmitas.
En zonas al aire libre y, para trasladarse de un lugar a otro, pueden construir tubos del material ya descrito para llegar más rápido a la fuente de alimentación. Cuándo estos tubos se rompen accidentalmente, son reparados rápidamente para evitar la luz. Cuando se detectan estos tubos y para comprobar si la infestación es activa o no, se tienen que romper para ver si existen termites en su interior. Es también conveniente observar la posible existencia de enjambres, o restos de las alas que quedan en el suelo o en ventanas después del enjambrazón o vuelo nupcial.
En la zona Metropolitana de Montevideo existen varios puntos críticos: Parque Miramar, Carrasco, Malvín sur, Cilindro son algunos ejemplos de TERMITEROS SUBTERRANEOS, por lo que antes de la edificación conviene inspeccionar y tratar preventivemente el área. ra de la temida peste bubónica.